viernes, 18 de julio de 2014

CONSEJOS Y RECOMENDACIONES PARA PREPARAR UNA BARBACOA

Con el buen tiempo aumentan las reuniones familiares y con amigos alrededor de las brasas de una barbacoa. Os mostramos algunas recomendaciones y trucos para conseguir el éxito en los asados y parrillas de este verano y convertirte en un gran maestro de barbacoas.




Lo primero, la seguridad. La parrilla hay que situarla siempre sobre una superficie firme y nivelada, para que una vez encendido el fuego no pueda volcarse. También es necesario mantenerla alejada de los setos, árboles o de cualquier otro objeto que pudiera prender fuego con una chispa. Busca siempre zonas resguardadas de las corrientes de aire.

Las brasas perfectas son brasas ya maduras, blanquecinas o grisáceas, con la parrilla no muy cerca de las brasas y tiempo para hacer lentamente las carnes hasta que estén en su punto. Si no lo hacemos así, la carne se quemará demasiado por fuera y sin embargo, no estará cocinada en el centro.

Para la elección de la fuente de calor; no es lo mismo una barbacoa hecha de tarugos de leña, de ramitas y piñas o una de carbón. Ten en cuenta que su poder calorífico es diferente y que su duración también es distinta. El carbón es lo más seguro, ya que las brasas duran mucho y mantienen una potencia constante. Las barbacoas de ramas o sarmientos son las más ricas, pero requieren una continua alimentación para seguir fabricando brasas al costado de la barbacoa para evitar las llamas que podrían chamuscar la comida cocinándola antes de tiempo.
Para mejorar el sabor de las comidas a la parrilla, añade a las brasas aromatizantes naturales como hierbas aromáticas (tomillo, salvia, hinojo, albahaca, romero...) o especias como canela en rama.



Preparar la carne para su asado posterior es una labor sencilla que marcará la diferencia cuando la pongamos sobre la parrilla. No puedes hacer una barbacoa cuidando todos los detalles y después sacar la carne de la nevera y ponerla sobre las brasas. 
No olvides tener la carne a temperatura ambiente al menos una hora antes de asarla. Puedes tener la carne cerca de las parrillas para que las piezas vayan sudando, pero no ponerla sobre ellas mientras se van haciendo las brasas.

Las verduras frescas resultan perfectas para acompañar casi todas las comidas a la parrilla. Puede poner patatas con su piel, pimientos untados con aceite de oliva, tomates, berenjenas, cebollas, calabacines ... que se pueden ensartar en pinchos a modo de brochetas, acompañándolo todo de una buena ensalada.

Cuando termines la barbacoa, tenemos que tener en cuenta que aunque las brasas parezcan muertas, probablemente tengan aún mucho calor. Si la barbacoa tiene tapa, podemos dejarla puesta para ahogar el fuego. Si no la tiene, debemos apartar el carbón y leña que no se hayan quemado y esperar a que se apaguen las brasas. Es mejor no apagar el fuego con agua, pero lo importante es dejar el fuego bien apagado, así que si hay que salir tendremos que recurrir a esa opción.

La limpieza de la parrilla es otro tema importante. Aprovechando que aún tiene temperatura, es mucho más fácil hacerlo ahora que encontrarse la suciedad la próxima vez que nos vayamos a reunir en torno a las brasas.